El deporte whitense en 1928

LA PRÁCTICA DE LOS DEPORTES
En la edición especial, del semanario whitense “El Puerto” de fecha 11 de febrero de 1928, con la dirección y administración del señor José Lanzilotta y con el título de esta nota, expresa:
“El incremento enorme que ha adquirido en nuestro país la práctica de los deportes al aire libre, únicamente halló eco en Ingeniero White, en lo tocante al foot-ball, ya que los otros sports carecen de núcleos importantes que los practiquen y los hagan interesantes para el público, formando adeptos y atrayéndose simpatizantes”
001Luego de un detalle, cuasi filosófico, para ser un símbolo – de los clubes locales, ganando o perdiendo – un correcto comportamiento hacia el circunstancial adversario y que es un timbre que pueden ostentar satisfechos los clubes locales.
Recorre con igual florilegio de floridas palabras describe el trabajo de los dirigentes y se detiene para hablar de: “Una figura destacada en los círculos deportivos, no sólo locales, sino regionales, es nuestro convecino, señor Manuel Troncoso. (*) Las actividades de la Liga del Sud (sic) mucho deben a sus iniciativas, y en otro terreno, en el de la crítica periodística, el señor Troncoso es considerado como uno de los comentaristas más imparciales y preparados en cuestiones foot-ballísticas que colaboran en la prensa bahiense”.
Se refiere luego como apostilla final a indicar que en 1927: “Como se sabe, en primera división Comercial y Pacífico llegaron al final de la jornada con igualdad de puntos, debiendo dirimir supremacías en un match memorable que dió (sic) margen a los más encontrados comentarios, en el cual Comercial se impuso netamente a su adversario, clasificándose Campeón al igual que 1926”
Refiere la simpatía que gozaban los equipos de Comercial que ganaron dos campeonatos seguidos; los festejos y distinciones con que fueron reconocidos por el vecindario que: “premió así su brillante jornada deportiva estimulándolos a seguir en el futuro el mismo camino”
Por último, antes de la foto del equipo campeón, mostraba la posición de todos los equipos, por supuesto con Comercial, que con 23 partidos jugados, había ganado 14; empatado, 6 y perdido, 3. Segundo, Pacífico, con 23 jugados, ganados 12, empatados 8 y perdidos 3.
La foto no identifica a cada jugador por lo que vamos detallar todos los jugadores que actuaron ese año: Alejandro Crudelli, Luis Martín, Regino Soto, Bruno Borghetti, Emilio J. Rossini, Águedo Ursino, Alfredo Schieda, Luis Lissotti, Vicente Ziella, José Juan Brustia, Antonio Garrote, Ernesto García, Gerardo García, Armando Agrioli, Salvador Gamero, Hiram Aníbal Marcucci, Francisco Rodríguez, Juan Ducca, Carotta y Enrique Mendizábal.
Debemos agregar que el campeonato siguiente, es decir, el de 1928, también lo ganó Puerto Comercial, ésta vez en calidad de invicto.
(*) Manuel Troncoso fue presidente el Club Puerto Comercial desde 1916 hasta 1923 y desde 1925 hasta 1931. En ese año, debió renunciar al ser elegido presidente de la Liga del Sur. Más tarde presidió, en 1935, la Asociación Bahiense de Fútbol. Un pedazo grande de la historia comercialina y bahiense, además de haber aportado a sus hijos Manuel, Arturo, Alberto y Adolfo, todos excepcionales jugadores y nada menos y nada más del más extraordinario jugador de Comercial y Bahía Blanca, Aníbal “Melón” Troncoso

La loteria…

001LA LOTERIA  …en 1816

Allá por el año 1816 hasta 1821 se jugaba una lotería –creo que por cuenta de la Hermandad de Caridad- que se efectuaba en armonía con el atraso en materia administrativa de aquellos tiempos.
El billete se vendía a 10 centavos; para efectuar esta venta se ponía en la esquina de cada cuadra a un hombre a quien se le llamaba lotero, que estaba sentado teniendo por delante una mesita con los papeles necesarios rayados y numerados, un enorme tintero y arenillero de estaño (N.R.: que oficiaba de secante), una larga pluma de ganso, etc. Cuando se retiraban de noche, dejaban la mesita en el zaguán de alguna casa inmediata.
El que quería comprar una o más cédulas, que así se llamaban los números, que eran papelitos de dos pulgadas cuadradas, numerados y al reverso llevaba escrita la contraseña, le decía al lotero – “Quiero una cédula”, -“Qué quiere usted poner”- le preguntaba aquél, calándose las antiparras. –“Ponga usted, – contestaba el comprador – ´San Antonio, dame suerte´ – “Y de contraseña?” – “Animas benditas”. Ésta se transcribía en el reverso del pequeño billete que contenía el número elegido.
La lotería se jugaba todos los martes en la plaza de la Victoria, delante del Cabildo, y en presencia del pueblo, a la una del día.
Unos muchachos sacaban de los globos los números y un andaluz llamado Clavijo los repetía en alta voz. A cada suerte que salía el populacho gritaba ¡viva Clavijo! Las suertes eran de cien pesos y una entre ellas de trescientos. Sólo había ocho o diez suertes y los extractos impresos se entregaban a los loteros a quienes ocurrían los interesados a saber si sus números habían obtenido premio.
Como en ese tiempo (…) había esclavos, éstos entraban con interés a tomar un billetito todas las semanas, y como éste sólo valía 10 centavos, tenían casi siempre para comprarlo y sucedió más de una vez, que uno de esos desgraciados se sacase una de 300 pesos y con ellos rescatase su libertad.
Los extractos se publicaban con la seña y contraseña, en esta forma, por ejemplo:
“Virgen del Carmen, dame suerte” – contraseña – “Alma de mi abuela” con 100 pesos, número 240.
“La calva de Clavijo” – contraseña – “Jesús me ampare” con 100 pesos, número 350.
Tal la lotería en aquellos días.
José a Wilde – “Buenos Aires desde 70 años atrás” (1880)